Sobre la transparencia y los conflictos de intereses


 Magnífico artículo publicado en British Medical Journal en septiembre 2024  y magnifica reflexión sobre la divulgación de conflictos de interés. 

doi: https://doi.org/10.1136/bmj.q2092

La divulgación de los conflictos de interés no es el objetivo final. Es solo el mínimo básico. El objetivo es abordar los conflictos de interés, no solo divulgarlos y pretender que no te afectarán a ti ni a tu opinión.

 El reciente escándalo en el Reino Unido sobre las donaciones para ropa recibidas por el primer ministro Keir Starmer y otros miembros de su gabinete ha causado críticas públicas. A pesar de que estas donaciones fueron declaradas de acuerdo con las reglas de transparencia, el público reaccionó con molestia, argumentando que políticos de alto nivel deberían poder pagar sus propios gastos. Ante la presión, Starmer, la viceprimera ministra Angela Rayner y la canciller Rachel Reeves han decidido dejar de aceptar donaciones de este tipo. Este episodio ha generado una discusión sobre si la transparencia es suficiente para abordar los conflictos de interés.

El autor compara esta situación con los conflictos de interés en la medicina, donde muchos médicos reciben pagos de la industria farmacéutica mientras asesoran a sistemas de salud como el NHS. Aunque estas transacciones son transparentes, no eliminan los conflictos, sino que los exponen sin resolverlos. El autor señala que la transparencia puede incluso aumentar la cantidad de conflictos, como ocurrió cuando los médicos comenzaron a compararse entre sí tras la creación de Disclosure UK por ver quien era el que más ganaba. Además, sugiere que la transparencia simplemente transfiere la responsabilidad al público o a los pacientes, quienes a menudo no tienen la capacidad o la información necesaria para gestionar estos conflictos de interés.

El autor concluye que confiar únicamente en la transparencia no es suficiente para eliminar los conflictos de interés, ya que solo los visibiliza pero no los mitiga, y puede tener efectos no deseados tanto en la política como en la medicina. El público, actualmente, confía más en los médicos que en los políticos. Eso puede significar que creemos que los médicos son menos corruptibles, o puede significar que los médicos serán juzgados con un estándar más alto. Lo que sea. Pero sugiere el autor es que si dependemos de la transparencia para resolver el problema de los conflictos de interés, estaremos corrompidos durante mucho tiempo.

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