El Ejercicio físico aumenta la Supervivencia Global en pacientes operados de cáncer de colón
Presentado recientemente en el congreso de ASCO 2025 y publicado en The New England Journal of Medicine y conocido como el ensayo CHALLENGE (Colon Health and Life-Long Exercise Change), evaluó el impacto de un programa estructurado de ejercicio físico sobre la supervivencia libre de enfermedad (SLE) y la supervivencia global (SG) en pacientes con cáncer de colon que completaron quimioterapia adyuvante. Por primera vez una medida no farmacológica como el ejercicio físico, que no requiere grandes gastos, demuestra una diferencia muy significativa en cuanto a supervivencia. Aquí un resumen en español
Introducción
El cáncer colorrectal es una de las neoplasias más comunes y una causa líder de muerte por cáncer a nivel mundial. A pesar de las terapias estándar —cirugía seguida de FOLFOX, CAPOX o fluoropirimidinas en monoterapia— entre el 20% y 40% de los pacientes experimentan recurrencias. El ejercicio físico ha demostrado beneficios en modelos preclínicos y estudios observacionales, pero faltaban evidencias de alta calidad que confirmaran su efecto sobre los desenlaces oncológicos.
Objetivo
Evaluar si un programa estructurado de ejercicio físico iniciado luego de la quimioterapia adyuvante mejora la supervivencia libre de enfermedad y otros desenlaces clínicos en pacientes con cáncer de colon resecado.
Métodos
Diseño:
Ensayo fase 3, multicéntrico, aleatorizado, controlado, realizado entre 2009 y 2024 en 55 centros (mayoritariamente en Canadá y Australia).
Participantes:
889 pacientes con adenocarcinoma de colon estadio III o estadio II de alto riesgo, quienes habían completado quimioterapia entre 2 a 6 meses antes de su inclusión. Todos tenían un ECOG de 0–1 y realizaban menos de 150 minutos/semana de ejercicio moderado o vigoroso al inicio.
Intervención:
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Grupo de ejercicio estructurado (n = 445): programa de 3 años de apoyo conductual y ejercicio supervisado, con el objetivo de aumentar al menos 10 MET-h/semana.
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Grupo de educación en salud (n = 444): materiales educativos sobre actividad física y alimentación saludable, sin intervención directa.
Seguimiento:
Mediana de 7.9 años.
Evaluaciones:
Actividad física autorreportada, consumo máximo de oxígeno, prueba de caminata de 6 minutos, función física (SF-36), eventos adversos y ocurrencia de eventos clínicos (recurrencia, nuevos cánceres, muerte).
Resultados
Supervivencia libre de enfermedad (SLE):
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A los 5 años, SLE fue del 80.3% en el grupo de ejercicio vs. 73.9% en el grupo control (diferencia de 6.4 puntos porcentuales; HR = 0.72; IC 95%, 0.55–0.94; p = 0.02).
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La reducción del riesgo relativo fue del 28%, con curvas que comenzaron a separarse al año de seguimiento.
Supervivencia global (SG):
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A los 8 años, la SG fue del 90.3% en el grupo de ejercicio vs. 83.2% en el grupo control (diferencia de 7.1 puntos; HR = 0.63; IC 95%, 0.43–0.94).
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Las curvas comenzaron a separarse aproximadamente a los 4 años.
Eventos adversos:
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18.5% del grupo de ejercicio tuvo eventos musculoesqueléticos vs. 11.5% en el grupo control.
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Solo el 10% de estos eventos fueron atribuidos directamente a la intervención.
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Eventos ≥ grado 3: 15.4% en el grupo ejercicio vs. 9.1% en el grupo control.
Cambios fisiológicos y funcionales:
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Incremento sostenido de 5.2 a 7.4 MET-h/semana en el grupo de ejercicio.
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Mejora del VO₂ máx entre 1.3 y 2.7 ml/kg/min.
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Aumento de la distancia caminada en 6 minutos entre 13 y 30 m.
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Mejoras significativas en la función física autorreportada (SF-36), especialmente en los primeros 18 meses.
Discusión
Este ensayo proporciona evidencia robusta de nivel 1 de que el ejercicio estructurado posterior a la quimioterapia mejora significativamente la supervivencia libre de enfermedad y tiene una tendencia favorable en supervivencia global en pacientes con cáncer de colon. Los beneficios parecen atribuirse a reducción de recurrencias hepáticas y aparición de nuevos cánceres primarios (particularmente de mama, próstata y colon), sin aumento sustancial de toxicidad grave.
Mecanismos posibles incluyen:
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Mejora en la función inmunológica.
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Reducción de inflamación sistémica.
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Modulación de factores de crecimiento insulino-dependientes.
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Alteraciones en el microambiente tumoral.
La intervención fue bien tolerada, con una tasa aceptable de adherencia (63% a los 3 años para sesiones conductuales) y sin señales inesperadas de toxicidad. Las mejoras en la aptitud física y la función funcional también respaldan los beneficios integrales del ejercicio.
Cabe destacar que la intervención también fue factible y efectiva en modificar el comportamiento a largo plazo, aunque el grupo control también mostró cierto aumento en su actividad física, lo que podría haber atenuado la magnitud observada de los efectos.
Limitaciones
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Reclutamiento lento (15 años), con un número final de eventos (224) menor al planeado (380).
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Posible sesgo de selección hacia pacientes con mejor estado funcional.
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No se midió genéticamente el síndrome de Lynch.
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La intervención no incluyó mediciones objetivas continuas de actividad (por ejemplo, acelerómetros).
Conclusión
Un programa estructurado de ejercicio iniciado dentro de los 6 meses posteriores a la quimioterapia adyuvante mejora la supervivencia libre de enfermedad y probablemente la supervivencia global en pacientes con cáncer de colon. Estos hallazgos apoyan la incorporación del ejercicio como parte del tratamiento estándar oncológico y resaltan la necesidad de invertir en programas de apoyo conductual para facilitar la adopción sostenida de actividad física en esta población.
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