Sobretratamiento en pacientes con cáncer al final de la vida

 


Este artículo, publicado por ESMO, ha sido escrito por un equipo de expertos en oncología y cuidados paliativos de varias instituciones reconocidas a nivel mundial. A continuación un resumen con interesantes reflexiones en español

El sobretratamiento en pacientes con cáncer al final de la vida (EOL, por sus siglas en inglés) es un fenómeno ampliamente documentado que implica la administración de terapias médicas con baja probabilidad de beneficio clínico significativo, causando más daño que beneficio. Este problema no solo afecta la calidad de vida de los pacientes, sino que también genera costos elevados en el sistema de salud, retrasos en la planificación de cuidados paliativos y malestar ético entre los profesionales médicos. El artículo revisa las causas del sobretratamiento en oncología, abordando factores psicológicos, sociales y cognitivos que influyen en oncólogos, pacientes y familiares. Además, se exploran estrategias para mitigar este problema.

Concepto y magnitud del sobretratamiento

El sobretratamiento en oncología incluye el uso excesivo de pruebas diagnósticas, cirugías innecesarias, quimioterapias agresivas, radioterapia excesiva e inmunoterapias sin beneficio probado en etapas avanzadas de la enfermedad. Se estima que entre el 10% y el 40% de los pacientes con cáncer en fase terminal reciben tratamientos desproporcionados, siendo más frecuentes en hombres, adultos jóvenes, niños y pacientes con neoplasias hematológicas.

Los tratamientos administrados sin un beneficio claro pueden llevar a una serie de efectos adversos, incluyendo toxicidad severa, hospitalizaciones innecesarias, admisiones en unidades de cuidados intensivos y una disminución de la calidad de vida. Además, retrasan las discusiones críticas sobre cuidados paliativos y planificación del final de la vida.

Factores psicológicos en oncólogos y pacientes

  1. Miedo y determinación contrafóbica para tratar: El temor a la muerte impulsa tanto a pacientes como a oncólogos a buscar cualquier posibilidad de tratamiento, aun cuando las probabilidades de éxito sean mínimas.
  2. Preservación de la esperanza: Los pacientes pueden percibir el cese del tratamiento como una pérdida de esperanza, lo que dificulta la aceptación de cuidados paliativos.
  3. Negación y enojo: La negación de la realidad del pronóstico y la ira pueden llevar a decisiones impulsivas.
  4. Fatiga en la toma de decisiones: La complejidad de las opciones terapéuticas puede hacer que los pacientes opten por continuar con el tratamiento sin evaluar adecuadamente sus consecuencias.
  5. Relación oncólogo-paciente: La comunicación deficiente entre oncólogos y pacientes genera expectativas irreales sobre los beneficios del tratamiento.

Factores sociales y culturales

  1. Normas culturales y expectativas: La sociedad tiende a valorar la lucha contra el cáncer con un enfoque bélico, lo que refuerza la idea de que optar por cuidados paliativos equivale a rendirse.
  2. Creencias religiosas y culturales: Algunas creencias promueven la idea de que los milagros pueden ocurrir incluso en etapas avanzadas de la enfermedad, lo que motiva la búsqueda de tratamientos fútiles.
  3. Presión familiar: Los familiares pueden insistir en la continuación del tratamiento debido a sentimientos de culpa o desconocimiento.
  4. Cultura médica: Existen incentivos profesionales y financieros que promueven la administración de tratamientos agresivos en lugar de cuidados paliativos.
  5. Carga de trabajo del oncólogo: La falta de tiempo para discutir opciones de atención de calidad con los pacientes contribuye a decisiones apresuradas en favor del tratamiento.

Sesgos cognitivos y heurísticas

  1. Sesgo de optimismo: Tendencia a sobreestimar los beneficios de un tratamiento y subestimar sus riesgos.
  2. Sesgo de confirmación: Buscar información que valide las decisiones previas en lugar de considerar opciones alternativas.
  3. Sesgo de novedad: Preferencia por nuevas tecnologías sin evidencia suficiente de beneficio real.
  4. Sesgo de disponibilidad: Recordar casos exitosos aislados en lugar de considerar la evidencia general.
  5. Heurística de aversión a la pérdida: Se prioriza evitar la sensación de no haber intentado "todo" en lugar de evaluar racionalmente el beneficio del tratamiento.
  6. Sesgo de anclaje: Mantener un plan terapéutico inicial sin reevaluar su pertinencia a medida que la enfermedad progresa.

Papel de los incentivos financieros y la industria farmacéutica

Los modelos de pago en los sistemas de salud pueden incentivar el uso excesivo de tratamientos costosos sin considerar su efectividad clínica en la fase terminal de la enfermedad. En muchos sistemas de salud, los hospitales y médicos reciben compensaciones financieras por la administración de terapias agresivas, lo que puede desincentivar la derivación temprana a cuidados paliativos. Además, la industria farmacéutica tiene un papel central en este problema, promoviendo activamente nuevos fármacos con costos exorbitantes y, en ocasiones, con beneficios marginales. La presión comercial y la falta de regulaciones estrictas sobre los precios de los medicamentos han llevado a una crisis de accesibilidad y equidad en la atención del cáncer.

Es fundamental reformar los modelos de pago para priorizar la calidad de vida sobre la cantidad de intervenciones. Los sistemas de salud deben implementar incentivos financieros que favorezcan una atención integral, donde los cuidados paliativos y el bienestar del paciente sean la prioridad. Además, se requiere una mayor transparencia en los procesos de aprobación y precios de los medicamentos para evitar que intereses comerciales primen sobre las necesidades reales de los pacientes.

Estrategias para reducir el sobretratamiento

  1. Implementación de guías clínicas: Reforzar las recomendaciones de ASCO y ESMO para evitar tratamientos innecesarios en pacientes con bajo estado funcional y sin evidencia de beneficio.
  2. Educación y capacitación en comunicación: Enseñar a los oncólogos a discutir de manera clara y compasiva el pronóstico y las opciones terapéuticas.
  3. Introducción temprana de cuidados paliativos: Integrar cuidados paliativos desde el diagnóstico de cáncer avanzado para mejorar la calidad de vida y facilitar la transición hacia un enfoque de atención centrado en la comodidad.
  4. Revisión de incentivos financieros: Modificar estructuras de pago en salud para recompensar el cuidado basado en la calidad de vida en lugar de la cantidad de tratamientos administrados.
  5. Concientización pública: Campañas de educación sobre la importancia de los cuidados paliativos y la toma de decisiones informadas al final de la vida.
  6. Uso de herramientas de pronóstico: Aplicar escalas pronósticas y algoritmos de inteligencia artificial para evaluar la expectativa de vida y ayudar a tomar decisiones terapéuticas más fundamentadas.

Conclusiones

El sobretratamiento en oncología es un problema multifactorial que requiere un cambio de paradigma hacia una atención más centrada en la calidad de vida. La administración de terapias agresivas sin un beneficio clínico claro no solo afecta la salud y el bienestar de los pacientes, sino que también genera una carga emocional y económica significativa para sus familias y los sistemas de salud. Es fundamental fomentar una mayor integración de los cuidados paliativos desde el diagnóstico de la enfermedad avanzada, asegurando que los pacientes reciban información honesta y clara sobre su pronóstico y las opciones disponibles.

Además, la implementación de estrategias para mejorar la comunicación entre oncólogos y pacientes es clave para alinear las decisiones médicas con las preferencias individuales de los enfermos. Los profesionales de la salud deben recibir capacitación en habilidades de comunicación y en la identificación de sesgos cognitivos que pueden influir en la toma de decisiones terapéuticas. Asimismo, la sociedad y las instituciones sanitarias deben promover una cultura donde la calidad de vida sea prioritaria en la atención oncológica, evitando la sobrevaloración de tratamientos experimentales o sin evidencia suficiente.

En última instancia, reducir el sobretratamiento en la oncología requiere un esfuerzo coordinado entre médicos, instituciones, sistemas de salud y pacientes, garantizando un enfoque equilibrado que respete la dignidad y la autonomía de cada persona en la fase final de su vida.


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